El Sr. Emilio Bru
vivió hasta el año 1989 y creía en la calidad
de la hacienda que había logrado. Por eso no quiso “modernizar”
el tipo de hacienda
Hay un hecho que revela la firmeza del criterio y es que mi padre
murió sin saber que había comprado en la cabaña
Curumalan en dos remates un toro y una vaquillona propios hnos.
Ambos hijos de un toro importado de Escocia, (Prince Perfect of
Fordhouse) que es uno de los más lindos que he visto en
mi vida.
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